Delirium en Adultos Mayores en México: Prevención, Manejo y Estrategias de Intervención
Analiza cómo el delirium impacta a los adultos mayores en México y las estrategias efectivas para su prevención y manejo.
En México, el delirium representa un desafío significativo para el cuidado de adultos mayores, un grupo que frecuentemente enfrenta condiciones médicas complejas y múltiples factores de riesgo. Este trastorno agudo de la atención y la cognición se caracteriza por fluctuaciones en el nivel de conciencia, alteraciones en la memoria, pensamiento desorganizado y desorientación temporal y espacial. En casos severos, puede incluir alucinaciones y agitación física, presentando un reto tanto para los profesionales de la salud como para los familiares que cuidan a los ancianos.
Históricamente, el delirium ha sido documentado desde la antigüedad, pero su relevancia sigue siendo alta en la práctica clínica moderna. En adultos mayores, el delirium puede desencadenarse por una variedad de factores, tales como enfermedades médicas agudas, el uso de ciertos medicamentos o procedimientos quirúrgicos. En México, la creciente población de adultos mayores, junto con la prevalencia de enfermedades crónicas y la variable calidad del acceso a cuidados médicos, hace que el manejo del delirium sea un área crítica de enfoque.
Los factores predisponentes al delirium en adultos mayores incluyen condiciones como la demencia, la fragilidad y la comorbilidad de enfermedades crónicas. Los factores precipitantes, que son eventos que pueden desencadenar un episodio de delirium, suelen ser infecciones, cambios en el entorno hospitalario, y procedimientos médicos invasivos. Estos elementos, combinados con la falta de recursos adecuados y la presión sobre los sistemas de salud en México, aumentan la complejidad del manejo del delirium en este grupo etáreo.
La incidencia de delirium en adultos mayores en México varía, pero estudios sugieren que es bastante común en contextos hospitalarios y de cuidados prolongados. El delirium está asociado con un aumento en la duración de la estancia hospitalaria, mayores costos de atención, y un deterioro prolongado en la funcionalidad y calidad de vida. Esto es particularmente preocupante en el contexto mexicano, donde las disparidades en el acceso a servicios de salud y la falta de recursos pueden agravar el impacto negativo del delirium.
Afortunadamente, existen estrategias efectivas para prevenir y manejar el delirium. La terapia ocupacional intensiva ha demostrado ser eficaz en la reducción de la incidencia del delirium en adultos mayores. En México, donde el acceso a servicios de terapia ocupacional puede ser limitado, es crucial fomentar la integración de estas estrategias en los cuidados geriátricos. La terapia ocupacional no solo disminuye la aparición del delirium, sino que también mejora los resultados funcionales y cognitivos de los pacientes, subrayando la importancia de la educación continua para el personal médico, familiares y cuidadores.
Cuando el delirium ya se ha establecido, la identificación y tratamiento de las causas subyacentes son esenciales. Las medidas no farmacológicas, como el manejo ambiental y la comunicación efectiva, juegan un papel crucial en el manejo del trastorno. En México, esto puede implicar adaptar el entorno hospitalario para minimizar el estrés y la confusión, así como capacitar a los cuidadores para una comunicación clara y calmada con los pacientes. En casos de agitación, la técnica de Desescalada se utiliza para calmar al paciente de manera segura, evitando intervenciones agresivas.
Para las formas hiperactivas o mixtas de delirium, el uso de neurolépticos debe ser considerado con cautela, debido a la falta de evidencia consistente sobre su efectividad en mejorar los desenlaces clínicos. En su lugar, es fundamental priorizar estrategias no farmacológicas y enfoques personalizados para cada paciente.
En conclusión, la gestión del delirium en adultos mayores en México requiere un enfoque multidisciplinario que incluya la colaboración entre médicos, enfermeras, terapeutas ocupacionales, y familiares. La prevención efectiva y el manejo adecuado del delirium pueden mejorar significativamente los resultados y la calidad de vida de los pacientes. Con una mayor educación y recursos adecuados, es posible reducir la incidencia y el impacto de este trastorno en la población geriátrica mexicana.
Equipo Kuidales
Basado en: https://ri-ng.uaq.mx/handle/123456789/7242