Explorando la inclusión financiera y la educación digital como claves para empoderar a nuestros adultos mayores.
Al pasar de los años, la digitalización de los sistemas financieros ha transformado la forma en que manejamos nuestras finanzas. Sin embargo, este avance no ha beneficiado a todos de manera equitativa. En particular, los adultos mayores enfrentan retos significativos para acceder a servicios bancarios, debido a factores que, para quienes somos más familiarizados con la tecnología, pueden no parecer obstáculos evidentes.
En México, hay aproximadamente 13.5 millones de personas mayores de 60 años, según el Consejo Nacional de Población. Esta cifra resalta la necesidad urgente de inclusión financiera para construir una sociedad más bancarizada y equitativa. Sin embargo, las estadísticas indican que solo el 8.2% de los usuarios de entre 55 y 64 años realiza pagos digitales. Esto sugiere que, en lugar de ser una aliada, la banca digital puede representar un verdadero conflicto para este grupo etario.
Uno de los principales obstáculos que enfrentan los adultos mayores es la falta de familiaridad con las aplicaciones móviles y las plataformas digitales. A pesar de que desde 2021 la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros y la Asociación de Bancos de México firmaron un Decálogo para mejorar la atención a las personas mayores, la realidad es que muchas de estas plataformas siguen siendo difíciles de usar para un segmento considerable de la población. Los bancos deben, por tanto, enfocarse en la creación de interfaces amigables e intuitivas que se adapten a las necesidades de todos sus usuarios.
La falta de educación financiera también juega un papel crucial en este desafío. Muchos adultos mayores no tienen confianza en que su dinero y datos personales están protegidos dentro de las instituciones financieras. De hecho, un tercio de las quejas presentadas ante la CONDUSEF por afectaciones al patrimonio proviene de este grupo. Las quejas más comunes incluyen robo de identidad, clonación de tarjetas, cargos no reconocidos y fraudes. Esto subraya la necesidad de ofrecer servicios de mentoría y educación financiera adaptados a sus necesidades específicas, permitiendo que se sientan más seguros al realizar transacciones digitales.
Adicionalmente, las barreras psicológicas son significativas. Muchos adultos mayores pueden sentir que la tecnología es un dominio exclusivo de las generaciones más jóvenes. Esta percepción puede generar una resistencia al cambio y una falta de motivación para aprender a utilizar herramientas digitales. Por lo tanto, es fundamental desarrollar programas que no solo enseñen el uso de aplicaciones, sino que también aborden estos aspectos emocionales y psicológicos, ayudando a los adultos mayores a superar sus miedos y a sentirse más cómodos con la tecnología.
A pesar de estos desafíos, hay ejemplos positivos de cómo la digitalización puede beneficiar a los adultos mayores. Algunas instituciones financieras han comenzado a implementar talleres y capacitaciones específicas para este grupo etario, enfocándose en brindarles las habilidades necesarias para navegar por el mundo digital. Estas iniciativas son cruciales, ya que no solo facilitan el acceso a servicios bancarios, sino que también empoderan a los adultos mayores para que tomen control de sus finanzas.
La digitalización ha demostrado ser una herramienta poderosa, pero su impacto ha sido desigual. Los adultos mayores deben lidiar con la falta de familiaridad tecnológica y educación financiera, lo que les impide disfrutar plenamente de los beneficios que esta era ofrece. Para lograr que la digitalización del sistema bancario sea verdaderamente inclusiva, es fundamental incorporar a las generaciones mayores con paciencia y comprensión.
Es imperativo que los bancos y las instituciones financieras reconozcan la importancia de este grupo y desarrollen estrategias específicas para abordar sus necesidades. La inclusión financiera no es solo un desafío; es una oportunidad para empoderar a nuestros adultos mayores y garantizar que disfruten de una vida financiera plena y segura en esta nueva era digital.
En conclusión, a través de la educación, la adaptación de servicios y el compromiso de las instituciones financieras, se puede lograr un cambio positivo que beneficie a todos. Al trabajar juntos, podemos construir un futuro en el que cada persona, independientemente de su edad, tenga acceso a los servicios financieros que necesita para prosperar en una sociedad cada vez más digitalizada.
Equipo Kuidales,
Basado en: https://www.vepormas.com/fwpf/portal/documents/Cultura-Adultos-Mayores
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